Me levanto con música, me ducho con música, deayuno, como y ceno con música, me duermo con música...
Y claro... correr no iba a ser menos.
Supongo que debe ser mi identidad algo individual... la que hace que me guste aislarme del mundo cuando salgo a correr.
Incluso cuando voy en grupo. No soy de las que se alinea al resto y corre mientras charla (entre otras cosas, porque aún me cuesta correr y hablar a la vez... no soy capaz de repartir y dosificar la fuerza)
Soy de las que se enfunda en los cascos y se deja atrapar por la música... y mi mente deja de pensar en el tiempo y en la distancia...
... se pierde en la última vez que vió el mar...
... en qué narices comerá mañana...
... retomar la lectura que hace tiempo está en la mesilla...
... en los amigos... y en los problemas que tenemos...
... en ésta canción, leñe!!! cuanto tiempo sin escucharla!!!
Y a veces me descubro tocando la batería, la guitarra o agitando una batuta!
Porque sí, correr cuesta... pero es más dulce con música.
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